viernes, 23 de noviembre de 2018
ACHO ESTOL:"OJALÁ VOLVAMOS A TENER CORDURA"
Sus tangos parecen nacidos en los arrabales de Los Beatles. El Indio Solari dijo que es el autor que más le interesa de las últimas generaciones. En la sangre de Acho Estol se mezclan glóbulos de rock y tango, y en ese torrente musical se funden con naturalidad como si fueran músicas nacidas para dialogar y fecundarse recíprocamente . Actualmente, está presentando su nuevo disco “Folkestein”. No es el único proyecto solista al que Acho se ha lanzado en este último tiempo, también ha publicado por estos días una novela, “El vuelo del cóndor punk”. Está claro que se trata de una persona con múltiples inquietudes sobre las que conversó con Revista Calibán.
Pregunta: ¿Cómo es un cóndor punk y hacia dónde vuela?
Acho Estol: Es más que nada semiótico lo de “el cóndor punk”, porque es un apodo que le ponen al protagonista cuando es chico y que lo acompaña a lo largo de sus peripecias en la novella. Se va encontrando con gente de su pasado que le recuerdan ese apodo nacido del parecito que cuando era chico tenia con Condorito, a lo que se sumaba un peinado medio punk, por lo que lo bautizaron de ese modo. Como la novela habla sobre la catarsis de este personaje que se reencuentra con su pasado, me parecía interesante hablar del vuelo del cóndor punk.
P.: No es fácil largarse a escribir una novela, demanda muchísimo tiempo y concentración.
A.E.: Totalmente, y como digo siempre, no una novela buena, cualquier novela (buena o mala) te lleva muchísimo trabajo y es una dedicación especial. Yo escribo desde chico, desde que empecé a escribir canciones también empecé a escribir cuentos y, sin embargo, lo de la novela lo tenía postergado por miedo, por la cantidad de trabajo. Pero al final, cuando me enganché hace varios años , fue una experiencia muy linda y enriquecedora de concentración e involucramiento en ese mundo . Sentí, también, cómo en cierto modo se escribía sola; porque hay una voz que surge - si hay una historia coherente-, que te va llevando.
P.: ¿Cuánto de Acho podemos encontrar en esa ficción?
A.E.: Seguramente mucho. Tratando de huír de lo autobiográfico - si bien está basado en algunas experiencias propias-. Una de las ideas que tuve fue la de desdoblarme en los dos personajes principales y polarizarlos, llevarlos a los dos extremos caricaturescos de mí mismo y de esa manera asegurarme que ninguno de los dos fuera realmente yo. Pero la verdad es que los dos personajes tienen el winner y el loser propios. Además fue muy divertido llevar a la psicosis y al grotesco a esas partes extremas que uno tiene en su interior.
P.: ¿Cuáles son tus novelistas preferidos?
A.E.: Me gustan mucho los novelistas que no prescinden del humor, me parece fundamental el humor para contar cualquier cosa. No lo gracioso o cómico simplemente, sino la intención de chequear las cosas por el lado de la ironía. Por más trágico que algo sea siempre tiene un costado irónico, al que se puede mirar en forma divertida. Me gusta mucho Mark Twain, Shakespeare, Kurt Vonnegut Jr. Me gustan esos escritores que te cuentan una historia y, por dramática que sea, nunca abandonan la sonrisa de fondo. Como diría Discépolo: “Somos una caricatura de nosotros mismos”. Por sobre todo esos; hay escritores con menos humor que me gustan mucho, pero detesto la solemnidad y me gusta el que pueda contar las cosas con humor, ya sea hace 500 años como Shakespeare, o más contemporánemente, Julio Cortázar y Felisberto Hernández. Hay escritores que no prescinden nunca de la mirada socarrona aunque estén contado algo dramático. Eso me interesa mucho.
P.: También te gustan mucho las historietas, ¿cuáles son las mejores que has leído?
A.E.: Quino es mi gran favorito porque, además de ser increíble como historietista, me dio una formación política. Desde muy chico entendí la geopolítica gracias a Mafalda, como toda mi generación. Pero también soy bastante fanático de Tintín, por ejemplo, y de muchos de los comics argentino de la época de oro ,desde Robin Wood, todo lo que era la D´Artagnan, El Tony y Fantasía hasta Enrique Breccia, El Eternauta, comic más serios y novelas gráficas como las de Dino Buzzati -que tienen cosas más profundas y pertenecen a un género “más serio” -.Pero me encanta el comic y desde chico siempre los dibujaba porque me fascina la interacción entre la narración puramente literaria y la gráfica. Me parece que es un género noble, aunque siempre esté mirado con cierto desdén.
P.: ¿Podemos dar por confirmado que a partir de ahora habrá una doble vida de Acho Estol: músico y novelista?
A.E.: Ojalá tenga el tiempo y la paciencia para poder seguir adelante. Yo siempre escribí, pero cuentos o artículos de viaje, cosas cortas. Encarar una novela ahora sé el trabajo que lleva. En su momento cuando hice esta fui un poco inconsciente tal vez, pero ahora que está viendo la luz , la veo publicada y la tengo en mis manos tengo muchas ganas de seguir escribiendo. Ya tengo un par de historias en la cabeza que van a terminar en el papel muy pronto.
P.: Ayudanos a desenredar ese trabalenguas de que estás presentando un disco solista pero con La Chicana.
A.E.: Tiene que ver un poco con cierta pereza si se quiere, porque la banda con la que grabé el disco es La Chicana, son los mismos músicos con los que me llevo muy bien. La Chicana ya es una maquinaria aceitada que funciona perfectamente, en cambio yo como solista me tendría que poner a organizar las cosas de otra manera más laboriosa y estuvimos de acuerdo con Lola inmediatamente- ya lo habíamos hecho con otro de mis discos solistas- en invitar a la mayor cantidad de artistas posibles que son los protagonistas del disco y hacer un ciclo de presentaciónes de Folkestein con La Chicana, que Lola pueda cantar los otros temas de los invitados que no estén o para que podamos hacer clásicos de La Chicana para completar el show y además aprovechar esta amistad que nos une con casi todos estos intérpretes invitados y hacer dúos de cosas de La Chicana o de ellos mismos para enriquecer más el espectáculo. Por un lado, era un poco el abandono de ego y, por el otro, era lo más cómodo posible y lo más natural para mí.
P.: Profundicemos en las características de Folkestein.
A.E.: Es un disco que propone la música popular argentina como un conjunto. Un todo en el que ya no vale la pena estar diferenciando el tango del folklore. Siempre dijimos que el tango forma parte del folklore argentino y el rock nacional también. Es una idea que fui desarrollando en guitarreadas, en reuniones con amigos de la música: los tangueros, folcloristas y rockeros estamos cada vez más enchastrados entre nosotros. Hay una cierta promiscuidad y en una guitarreada ves que Lidia Borda canta una chacarera o Liliana Herrero canta un tema de Spinetta o Manuel Moretti, un tango. Quise reflejar eso en el disco. Todos son géneros de la música popular argentina, aunque parezca una mezcla poner un tango al lado de un chamamé, para mí es totalmente natural y también me da gracia sacar a cada intérprete de sus géneros habituales. La idea era demostrar eso, que cuando hacemos un fogón al final todos cantamos las mismas canciones y estamos dentro de género que podría ser la M.T.A. (Música Popular Argentina) como tienen los brasileros y que realmente es algo que nos une a todos y que espero que pase más. Cada vez hay más rockeros que hacen tango y se producen distintos tipos de encuentros entre los géneros que terminan fortaleciendo a la música argentina.
P.: Decías que a Moretti lo hiciste cantar tango. Hay mucho de tanguero en Moretti.
A.E.: Manuel es cantante de tango. Mientras llena estadios con Estelares hace shows de tango. Toca cosas de roberto carlo y leonardo favio. Hace casi 10 años que colaboramos y hemos tocado mucho juntos en vivo. Era el roquero más tanguero para mí, que además es un amigo. Justo su tema es un tango progresivo así que me parecía ideal.
P.: ¿Cuáles son tus cantores preferidos de tango?
A.E.: Gardel, basicamente. ahora esta subvaluado. En las nuevas movidas del tango es fácil olvidarlo y dejarlo relegado. Cada vez que vuelvo a escucharlo me doy cuenta que es el puto jefe y que inventó el tango canción. Es impeccable, tecnica y emocionalmente. Su simpatía, su carisma, la voz, la forma de cantar y que encima componga es muy difícil de encontrar. Después también me gusta Rivero y de los de ahora, Lidia Borda, por ejemplo.
P. ¿Por qué en La Chicana no cantás tango?
A.E.: Tengo mucho respeto por el tango. Para cantarlo hay que ser cantor de tango, yo no canto tangos directamente y encima Lola los canta muy bien. En mis discos solistas algunos los canté yo y otros directamente no canté nada, soy consciente de mis límites, me acostumbré a oír mis canciones en voces sólidas y profundas.
P.: Alguna vez dijiste que Folkestein es una criatura deforme pero tierna, ¿en qué detalles crees que la ternura cobra fuerza?
A.E.: Me podría autodefinir como un autor bastante romántico. Muchas veces me sorprendo a mí mismo cuando leo mis canciones, “qué melodramático, qué sentimental que me pongo”. Y las canciones de este disco nacen de un palo más puro, no tan psicodélico como La Chicana, sino que quise respetar esa cuestión de hacer géneros del folklore argentino, esa pureza creo que tiene que ver con la ternura, con el hecho de hacerlo con inocencia. Por ejemplo, la tonada cuyana que es un género que tiene para mí mucha inocencia. Muchos géneros del folklore tienen esas letras que hablan de la naturaleza y que metaforizan lo humano con lo animal y con lo natural que nos rodea. Entonces, hay en este trabajo, mucha canción de amor y de existencialismo pampeano. Ese tipo de temas me parece que son más tiernos e inocentes de los que suele tratar el tango que, en general, es más crudo. Por eso lo veo como un disco bastante soleado.
P.: El hecho de grabar con tantos artistas siempre es muy desafiante.
A.E.: Sin dudas, para mí fue un desafío enorme elegir un tema y mostrárselo a alguien. Es un momento terrible de absoluta paranoia, ¿ le gustara lo que compuse? ¿la habré pegado o me lo rechazara?. Es un momento clave, pero se dio de una forma muy natural y fluida; enseguida estuvieron de acuerdo conmigo los distintos intérpretes y le dieron vueltas de tuerca que yo no hubiera sospechado, y que mejoraron las cosas. Soy muy abierto a la hora de recibir tanto de los músico como de los cantantes su visión de lo que propongo para llegar al mejor resultado posible.
P.: Ya llevás varios años en lo que es tu carrera solista, ¿cómo surgió esa decisión?
A.E.: Empezó como una especie de válvula de escape de La Chicana, en un momento en el que Lola quería cantar mucho en vivo y yo estaba empezando a escribir la novella, y estaba un poco más guardado. Nos pusimos de acuerdo para tener carreras solistas; yo tenía grabadas cosas que no eran muy chicanescas, muchos temas que Lola me había dicho que estaban muy buenos pero que no estaba para cantarlos ella y, entonces ,ese disco solista, que al principio había sido un disco de temas que después los fuimos sacando para meter en discos de La Chicana, llegó hace diez años con el nombre de “Mi película”. Nos dimos cuenta que era muy saludable y muy beneficioso para la banda que los dos tuviéramos proyectos aparte donde pudiéramos explorar lo que no nos une, sino nos quedábamos en la endogamia de darle vueltas a lo que nos une. En cambio, hacer por separado cosas que eran más propias y más distintas de La Chicana, nos permitió enriquecer ese lugar de consenso, explorar más y encontrar cosas distintas para compartir con el otro. Es una actitud muy fértil.
P.: Esas aventuras solistas ¿forman parte del oxigeno necesario para la convivencia de pareja?
A.E.: También, por supuesto, porque hay distintas catharsis. Es necesario no sentirse atrapado. Nos produciría fobia pensar que lo único que tenemos es La Chicana y estamos forzados a mirarnos la cara todo el día. En cambio, tener proyectos individuales, en donde cualquier idea que uno tenga la puede sacar por ahí te libera, da como un alivio a la relación. Sabemos que somos libres aunque nos guste trabajar juntos, lo hacemos simplemente de gusto y no está esa presión de que somos cotrabajadores y tenemos que estar persiguiéndonos el uno al otro para hacer algo juntos.
P.: Te vamos a dar algunos nombres y vos decí lo primero que se te ocurra sobre ellos. Empecemos por el Indio Solari.
A.E.: Tiene toda mi admiración y no sólo desde lo artístico. Los Redondos tenían mucha influencia tanguera. Era la única banda que tenía influencia de nuestra cultura, de nuestra historia. Tal vez es la última banda de rock nacional en el sentido estricto de la expresion. También tengo mucho cariño y admiración por su conducta, estilo y su forma de llevarse con la prensa . Haber tenido ese éxito y manejarlo de esa forma genera mucho respeto. No lo pude conocer personalmente, nos hemos intercambiado mensajes, nos ha agradecido vía mails cuando interpretamos algún tema. Es muy cariñoso y respetuoso, tenemos contacto también a través de amigos en común.
P.: Pablo Marchetti.
A.E.: Para mí es un personaje encantador, muy inteligente. Me gusta que sea desinhibido, tan autodestructivamente desinhibido y eso me parece muy seductor. Me gustaría tener su coraje para decir y hacer lo que le dé la gana sin pensar en las consecuencias. Además tiene un gran corazón, lo quiero mucho. Nos conocemos desde hace mucho tiempo. Tiene una fuerza enorme para llevar adelante los proyectos.
P.: Junto a “La Chicana” tuvieron la posibilidad de recorrer muchos lugares fuera del país, ¿Cuál recordás con mayor cariño?
A.E.: A China fuimos tres veces, ya tenemos una relación especial. Aprendimos mucho de su cultura, su música y su forma de vivir. Creo que lo que más guardo con cariño es haber ido a África. Hace 20 años fuimos a tocar a Senegal, llegando a la frontera de Mauritania, yendo por el sub Sahara. Estuvimos un mes ahí y fue una cosa increíble. Fue una aventura loquísima, que nos marcó para toda la vida. Al grupo, artísticamente, también, al comprobar el origen africano del tango, la milonga y otros ritmos folclóricos argentinos que suenan todo el tiempo ahí, como la chacarera. También por el amor que siente la gente por la música. Salís a la calle y está toda la gente tocando, es como Brasil potenciado al mil, mientras que nosotros somos más frios en lo que hacemos. Nos pegó muy fuerte algo que puede considerarse politico: ver a gente feliz a pesar de ser pobre, mostrando claramente que el problema es la desigualdad. En un lugar que es pobre de por sí, estos tipos te dan una lección, siempre tienen buen humor, te ofrecen y te convidan todo, por qué aprendieron que todos necesitan todo todo el tiempo, hay mucha solidaridad.
P.: Contanos un poco tu perspectiva del presente que estamos atravesando.
A.E.: Me parece que es todo horrible. Todos sabemos que estamos viviendo uno de los peores momentos. Se vota en contra del pueblo y a favor de la riqueza concentrada, me resulta muy doloroso. Hace tres años que tengo una angustia horrible. Para el año próximo tengo esperanza igual, espero que el sentido común le pueda ganar al marketing y a la enorme cantidad de dinero que tienen, porque es un proyecto mundial que viene a instalarse acá y a explotarnos. Ojalá veamos más allá del duranbarbismo, de la plata que le ponen a los líderes de opinión en los medios que tienen el monopolio de la información para hipnotizar al pueblo. Ojalá volvamos a tener cordura
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