En solo 39 años de vida fue dramaturgo, novelista, actor, músico, compositor e ingeniero. También fue periodista: Jean Paul Sartre lo invitó a colaborar en “Les Temps Modernes”, y Albert Camus le pidió hiciera crítica musical en su revista “Combat”. Aquí van dos retratos de este francés de insolencia exquisita que luchó por la libertad en un mundo en el que libertad parecía haber perdido el rumbo, en una búsqueda que dejó escrito en una obra literaria que no ha envejecido y, en una música tan personal que llevó a decir a Jean Cocteau: “Boris Vian dio a la trompeta la forma de su soplo”.
Boris
Vian es uno de esos aventureros solitarios que se lanzan
impetuosamente al descubrimiento de un nuevo mundo en la canción. Si
las canciones de Boris Vian no existieran, nos faltaría algo.
Ellas
contienen ese no-se-qué de irremplazable que hace al interés y a la
oportunidad de toda obra artística.
Escuché
decir a algunos que a ellos esto no les gusta.
¡Problema
para ellos!
Llegará
un tiempo, como dijo otro, donde los perros necesiten de su cola y
todos los públicos de canciones necesiten a Boris Vian.
(Texto
aparecido en el sobre del disco de Vian, “Canciones posibles e
imposibles”, 1955)
Aguardé
a mis 23 años para escribir. Ah, los jóvenes. Eso es abnegación.
Luego intenté contar a la gente historias que nunca había leído.
Pura tontería, doble tontería: a la gente sólo le gusta lo que ya
conoce; pero a mí no me complace, por lo que conozco, en literatura.
En el fondo, las historias me las contaba a mí. Me hubiera gustado
leerlas en los libros de los demás. Pero ahora, me diréis, escribo
cosas que ya conozco; pues bien, estoy de acuerdo en que no lo
llaméis literatura; y les hablo en plural, porque bien habrá
algunas personas que lo lean, sean decentes, vamos. E incluso si no.
¿Acaso no tengo derecho a dirigirme a gente que no me escucha? En
fin, no conté mis amores en una primera novela, mi educación en la
segunda, mis purgaciones en la tercera ni mi vida militar en la
cuarta; sólo he hablado de cosas que ignoro por completo. Esta es la
verdadera honestidad intelectual. No se puede traicionar el tema
cuando no hay tema -o cuando no es real.
Boris Vian es un hombre instruido y bien educado, proviene de Centrale, lo que no es poco, pero eso no es todo:
Boris Vian tocó la trompeta como ninguno, fue uno de los renovadores de la cave en Francia; defendió el estilo Nueva Orleans, pero eso no es todo:
Boris Vian también defendió el bebop, pero eso no es todo:
Boris Vian
pasó ante la justicia de los hombres por escribir J'irai
cracher sur vos tombes,
bajo el nombre de Vernon Sullivan, pero eso no es todo:
Boris Vian ha escrito otros tres pseudoepígrafes, pero eso no es todo:
Boris Vian tradujo verdaderos textos americanos auténticos absolutamente, e incluso con las dificultades del idioma que son increíbles, pero eso no es todo:
Boris Vian ha escrito otros tres pseudoepígrafes, pero eso no es todo:
Boris Vian tradujo verdaderos textos americanos auténticos absolutamente, e incluso con las dificultades del idioma que son increíbles, pero eso no es todo:
Boris Vian
escribió una obra de teatro, L'Équarrissage
pour tous,
que fue interpretada por verdaderos actores sobre una verdadera
escena, sin embargo no contaba con las restricciones de la Q.I.R.,
pero eso no es todo:
Boris Vian fue uno de los fundadores de una de las sociedades más secretas de París, el Club des Savanturiers, pero eso no es todo:
Boris Vian escribió hermosos libros, extraños y patéticos, L'Écume dels jours, las más conmovedora de las novelas de amor contemporáneas; Les Fourmis, el más termnante de los relatos escritos sobre la guerra; L'Automone à Pékin, que es una obra difícil e infravalorada, pero eso no es todo:
Porque todo esto no es nada aún: Boris Vian se convertirá en Boris Vian.
Boris Vian fue uno de los fundadores de una de las sociedades más secretas de París, el Club des Savanturiers, pero eso no es todo:
Boris Vian escribió hermosos libros, extraños y patéticos, L'Écume dels jours, las más conmovedora de las novelas de amor contemporáneas; Les Fourmis, el más termnante de los relatos escritos sobre la guerra; L'Automone à Pékin, que es una obra difícil e infravalorada, pero eso no es todo:
Porque todo esto no es nada aún: Boris Vian se convertirá en Boris Vian.