Desde
que leí a los grandes filósofos aprendí que la filosofía sirve
para hacernos las preguntas precisas acerca de los grandes temas de
la humanidad. Ya Sócrates nos enseñó que: “Filosofía es la
búsqueda de la verdad como medida de lo que el hombre debe hacer y
como norma para su conducta”; Michel Onfray, el siglo pasado anotó
que: “Una filosofía que no tiene una aplicación práctica es
inútil. Esta es la enfermedad de la que, a día de hoy, la filosofía
adolece, aquella que la ha vuelto lejana y la ha teñido de
injustificada soledad” y Ayn Rand, nos aclara que: “Para vivir el
hombre debe actuar; para actuar, debe tomar decisiones; para tomar
decisiones, debe definir un código de valores; para definir un
código de valores debe saber qué es y dónde está. Necesita
metafísica, epistemología y ética… Filosofía. No puede escapar
de esta necesidad”.
Sopa de Wuhan,
pensamiento contemporáneo en tiempos de pandemia,
Hace
unos días la socióloga Ivonne Farah me envió en PDF el libro Sopa
de Wuhan,
pensamiento
contemporáneo en tiempos de pandemia,
que contiene textos de Giorgio Agamben y Franco “Bifo” Berardi,
de Italia; Slavoj Zizek, de Eslovenia; Jean Luc Nancy, de Francia;
Judith Butler, de Estados Unidos; Alain Badiou, de Marruecos/Francia,
David Harvey , de Inglaterra; Byung-Chul Han, de Corea del Sur; Raúl
Zibechi, de Uruguay, Markus Gabriel, de Alemania; Gustavo Yáñez
González, Santiago López Petit, Patricia Manrique y Paul B.
Preciado, de España y de nuestra compatriota María Galindo, lo
cual es un honor para ella.
En
la introducción los editores ASPO (Aislamiento Social Preventivo y
Obligatorio), se presentan como una iniciativa editorial que se
propone publicar mientras vivamos en cuarentena; como “un punto de
fuga creativo ante la infodemia, la paranoia y la distancia lasciva
autoimpuesta como política de resguardo ante un peligro invisible”.
Los editores aclaran que “Sopa
de Wuhan
es
una compilación de pensamiento contemporáneo en torno al COVID 19 y
las realidades que se despliegan en el mundo. Reúne la producción
filosófica (en clave ensayística, periodística, literaria, etc.)
que se publicó a lo largo de un mes –entre el 26 de febrero y el
28 de marzo de 2020 (…) Busca reflejar las polémicas recientes en
torno a los escenarios que se abren con la pandemia del Coronavirus,
las miradas sobre el presente y las hipótesis sobre el futuro”.
Comentaré algunos textos y autores que me llamaron la atención:
Contrapuntos
filosóficos
La
mayoría de los pensadores incluidos coinciden en que la propagación
del virus ha venido acompañada
con “grandes
epidemias de virus ideológicos que estaban latentes en nuestras
sociedades: noticias falsas, teorías de conspiración paranoicas,
explosiones de racismo”, como lo señala Slavoj
Žižek, en
su texto en
el que plantea,
desde el título, que el “Coronavirus es un golpe al capitalismo al
estilo de ‘Kill Bill’ y podría conducir a la reinvención del
comunismo”, entendiendo como comunistas a los “liberales con
diploma”, el esloveno afirma que debemos pensar en un sistema de
salud al alcance de todos, tal como lo propone el “socialista”
Bernie Sanders.
Byung-Chul
Han es
un filósofo y ensayista de Corea del Sur que ha cobrado notoriedad
por sus libros acerca de la cotidianidad, el ocio, el capitalismo y
la cultura; sus propuestas filosóficas han logrado acercar la
filosofía a los lectores. En
su ensayo “La
emergencia viral y el mundo de mañana”,
Byung-Chul
Han afirma
que los asiáticos están ganando la batalla contra el virus por su
tradición autoritaria que los hace confiar más en el Estado; además
de una fe ciega en la tecnología que los hace más obedientes: “Se
podría decir que en Asia las epidemias no las combaten solo los
virólogos y epidemiólogos, sino sobre todo también los
informáticos y los especialistas en macrodatos. Un cambio de
paradigma del que Europa todavía no se ha enterado. Los apologetas
de la vigilancia digital proclamarían que el big data salva vidas
humanas (…) En China hay 200 millones de cámaras de vigilancia,
muchas de ellas provistas de una técnica muy eficiente de
reconocimiento facial. Captan incluso los lunares en el rostro. No es
posible escapar de la cámara de vigilancia”; en este texto además
niega a Žižek,
diciendo: “Žižek afirma que el virus ha asestado al capitalismo
un golpe mortal, y evoca un oscuro comunismo. Cree incluso que el
virus podría hacer caer el régimen chino. Žižek se equivoca. Nada
de eso sucederá. (…) El
virus no vencerá al capitalismo. La revolución viral no llegará a
producirse. Ningún virus es capaz de hacer la revolución. El virus
nos aísla e individualiza. No genera ningún sentimiento colectivo
fuerte. De algún modo, cada uno se preocupa solo de su propia
supervivencia (...) No podemos dejar la revolución en manos del
virus. Confiemos en que tras el virus venga una revolución humana”.
Confiemos, porque creo que después de esta epidemia nada volverá a
ser lo que fue.
La
norteamericana Judith
Butler,
por su parte en “El capitalismo tiene sus límites”, se refiere a
las declaraciones de un político alemán, Karl Lauterbach, quien
acerca de la propuesta de Donald Trump de comprar la posible vacuna
de laboratorios alemanes para uso mercantil privado, sentenció: «La
venta exclusiva de una posible vacuna a los Estados Unidos debe
evitarse por todos los medios. El capitalismo tiene límites», en el
sentido de que nadie, ningún país ni empresa debe tener la
posibilidad de hacer negocios con las vidas humanas porque sería
inmoral y criminal. Butler termina con una recomendación que también
se aplica apropiadamente a Bolivia: “El ideal ahora debe mantenerse
vivo en los movimientos sociales que están menos interesados en la
campaña presidencial que en la lucha a largo plazo que nos espera”,
suscribo palabra por palabra este consejo.
El
marroquí Alain
Badiou
me agrada desde que leí su libro Los
filósofos y el amor,
participa con un texto titulado “Sobre la situación epidémica”,
en el que plantea: “Esta enfermedad fue nombrada en aquel momento
como ‘la primera enfermedad desconocida del siglo XXI’. Es pues
claro que la actual epidemia no es definitivamente el surgimiento de
algo radicalmente nuevo o increíble. Esta es la segunda de su tipo
del siglo y se sitúa en su origen”. Badiou, desde su punto vista
cartesiano, aconseja: “Respetar sobre ese particular una estricta
disciplina es más que necesario, ya que es un apoyo y una protección
fundamental para todos aquellos que son los más expuestos: por
supuesto, todo el personal ligado a cuestiones de salud, que está
directamente en el frente, las personas infectadas, pero también los
más débiles, como las personas de edad avanzada, principalmente en
las residencias, y todos aquellos que acuden al trabajo y corren el
riesgo de ser contagiados”. Al igual que sus colegas él también
recomienda dar crédito a la ciencia y atender los nuevos paradigmas.
Para
terminar mi lectura de este libro, quiero comentar a la filósofa
española Patricia
Manrique,
quien nos aporta en su breve ensayo “Hospitalidad e inmunidad
virtuosa” que
“pensar
filosóficamente un evento como el que estamos viviendo, requiere, en
primer lugar, tiempo”; sin embargo, Manrique intenta hacerse las
preguntas precisas sobre lo que nos ocurre porque sabe que lo que nos
falta ahora es justamente tiempo y retorna a la mayéutica de las
preguntas, la cuestión esencial: “cómo darle respuesta. Una
respuesta implica, siempre, preguntas: ¿Quién/qué viene? ¿Cómo
respondo? ¿Qué es venir y que es responder? ...”, respuestas que
no están en el rango de lo que queremos oír, sino de lo que no
negamos a oír, pero que solamente aceptando la realidad y su
porvenir podremos liberar nuestros sentidos y asumir que somos uno y
el otro al mismo tiempo.
Repensarnos como
sociedad
La
gran enseñanza de la pandemia es que nos obligó a repensar la
sociedad, porque si bien podemos resistir una cuarentena aislados, es
imposible hacerlo permanentemente sin nuestra comunidad, sin el otro.
El virus nos obliga a cuestionarnos como especie humana que desprecia
las otras, olvidando que también somos animales mamíferos,
omitiendo que las diferencias en el ADN de las diversas especies son
apenas de 0,1 por ciento, nada más y nada menos y aun así vemos a
las otras especies cruelmente como alimento.
En
una entrevista realizada, hace unos días, al filósofo francés
Alain
Touraine, uno
de los grandes pensadores clásicos del siglo pasado, afirmó que la
crisis de la pandemia ha hecho que nos encontremos “en una
transición brutal que no ha sido preparada ni pensada”, y que tal
vez se resuelva por “la liberación por medio de las mujeres. Es
decir, el derrumbamiento de la razón en el centro de la personalidad
y la recomposición de los afectos en torno a la razón y la
comunicación”, lo cual sería una ganancia. El periodista cierra
la entrevista con una afirmación:
“Hoy
nos gobierna el virus” y el sabio responde: “No el virus, sino
nuestra impotencia para combatirlo, pero se acabará encontrando una
vacuna”. ¿Hay esperanza?
La
pandemia, el virus indiscreto y cínico, nos obliga a interrogarnos
sobre lo importante en nuestras vidas; nos interpela respecto a las
relaciones humanas, a nuestro entorno inmediato, nuestro hogar,
incluidos los vecinos y los transeúntes. ¿Estaba sano el que pasó
junto a nosotros?, la paranoia puede ser infinita: ¿Estaba enfermo
el que preparó nuestros alimentos? ¿Quién tocó las verduras antes
que nosotros en el supermercado? Una sociedad que vive atemorizada
por un enemigo invisible no puede ser libre. Al terminar de leer el
libro
Sopa de Wuhan pensé
en nosotros, ¿Quiénes somos nosotros: ¿Yo, tú, él, vosotros,
ellos…? To be or not be, diría Hamlet. No necesita ser filósofo
para hacer filosofía, solamente hágase las preguntas necesarias
para seguir existiendo.
Homero
Carvalho Oliva,
Beni, Bolivia, 1957, escritor, poeta y gestor cultural, ha obtenido
varios premios de cuento a nivel nacional e internacional como el
Premio latinoamericano de Cuento en México, 1981 y el Latin American
Writer’s de New York, USA, 1998; dos veces el Premio Nacional de
Novela con Memoria
de los espejos
y
La maquinaria de los secretos.
Su obra literaria ha sido publicada en otros países y ha sido
traducida a varios idiomas; figura en más de treinta antologías
nacionales e internacionales
de cuento como Antología
del cuento boliviano contemporáneo,
The
fatman from La Paz
e
internacionales, como El
nuevo cuento latinoamericano
de
Julio Ortega, México; Profundidad
de la memoria
de Monte Ávila, Venezuela; Antología
del microrelato,
España y Se
habla español,
México;
en poesía está incluido en
Nueva Poesía Hispanoamericana, España;
Memoria
del XX Festival Internacional de Poesía
de
Medellín,
Colombia y
en la del Festival
de Poesía de Lima,
Perú; así como en la antología
Poetas del Oriente boliviano.
Entre sus poemarios se destacan Los
Reinos Dorados y El cazador de sueños, inspirados
en las tradiciones, leyendas y cosmogonías de los pueblos amazónicos
de Bolivia y
Quipus en
las tradiciones y leyendas
andinas.
El año 2012 obtuvo el Premio Nacional de Poesía con Inventario
Nocturno
y el 2013 publicó la Antología
de Poesía Amazónica de Bolivia
y la Antología
Bolivia. Tu voz habla en el viento,
que reúne a cincuenta y cinco autores, entre ellos a tres Premios
Nobel de Literatura hablando de Bolivia. Es autor de la Antología
de poesía del siglo XX en Bolivia,
publicada por la prestigiosa editorial Visor de España. Premio Feria
Internacional del Libro 2016 de Santa Cruz, Bolivia. En el 2017, La
editorial El Ángel, de Quito, Ecuador, publicó su poemario ¿De
qué día es esta noche?;
el año 2019 la Editorial New York Poetry, de Estados Unidos, publicó
su antología poética personal Memoria
incendiada
y
en
el 2020 la editorial Buenos Aires Poetry, de Argentina, publicó su
poemario
Reconstrucción del vuelo.