Primera entrega de "Calibán, el memorioso"
La ansiedad aparece cuando emergen los primeros indicios del cambio. Elcambio se puede producir en todos los ámbitos, pero tiene su estructura organizada en lo social, que crea las condiciones necesarias para ello. Hay una gran diferencia entre crisis y cambio. Este último se va planificando poco a poco como una ideología. Cuando abarca toda la estructura social es con el objeto de corregir el daño máximo, y es observable en nuestro campo de trabajo relacionado con todo tipo de trastorno de adaptación. Cuando empiezan a perturbarse los sistemas de comunicación, el sujeto llega a situaciones de aislamiento progresivo y de desintegración, donde es posible observar un fenómeno patológico colectivo descripto por Durkhelm, que es la anomia, y que tiene las características, tanto en el plano individual como en el social, de una desintegración, fragmentación y división. Enfrentando así una sociedad escindida constituida por individuos escindidos.
Los movimientos revolucionarios pueden representar expresiones de cambio, y si asumen auténticamente este rol, de inmediato emergen de distintos campos de la ciencia y de la política objetos que a su vez asumen el rol contrario, que representan la resistencia al cambio a fin de mantener la estructura existente e impedirla modificación. Los agentes de cambio o líderes del cambio toman por tarea la planificación del cambio, la cual es permanentemente obstaculizada por estructuras institucionalizadas o no, como son ciertos grupos de presión que se adjudican la misión de mantener el statu-quo: en ellos se personaliza la resistencia. Estos grupos representan formas explícitas de la reacción que obedecen a su vez a grupos mucho más grandes y numerosos con ramificaciones internacionales, cuyo objeto es impedir la modificación y mantener la situación dada como un estereotipo.
La situación de crisis se da cuando la desintegración abarca preponderantemente
la clase dominante, cuando entran en contradicción grupos mayoritarios -financieros o imperialistas- que tienen por tarea o por finalidad e! control de la Economía. La escisión dentro de estos grupos dominantes, que entran en luchas entre sí utilizando todo su arsenal de información, crea la situación de crisis.
La resistencia al cambio tanto como e! cambio, se planifica, y la historia puede verse desde este punto de vista, como un continuo conflicto entre ambas actitudes: tanto la historia social como la individual.
Dentro del plano individual las situaciones de crisis son más frecuentes que las situaciones de cambio: las pueden preceder y preparar. Las crisis desencadenan en el individuo estados de ansiedad, constituyen los zigzags del desarrollo personal frente a cada logro, que operan como avanzadas de cambio hasta la situación definitiva: ser un hombre situado, comprometido y adaptado activamente.
El sujeto establece una relación dialéctica con el mundo y transforma las cosas, de cosas en sí, en cosas para sí. A través de una praxis permanente, en la medida en que él se modifica, modifica el mundo, en un movimiento de permanente espiral.
John Donne, poeta inglés nacido en 1572, expresaba esta indisoluble interrelación, este implacable interjuego del hombre y el mundo:
"Nadie es una isla completa en sí misma; todo hombre es un trozo
del continente, una parte del todo; si el mar arrebata un peñón, es Espalia
la que sufre la pérdida. Lo mismo que si se trata dc un promontorio, de
una hacienda de tus amigos o de la tuya propia, la muerte de un hombre
me disminuye porque estoy inserto en la humanidad, y por eso no preguntes
nunca por quién doblan las campanas: doblan por ti."
Las actitudes de resistencia a los cambios tienen por finalidad destruir las fuentes de la ansiedad que todo cambio acarrea. Tanto el individuo como la comunidad deben enfrentar dos miedos primarios que originan una perturbación existencial básica: miedo a la pérdida de estructuras ya establecidas –internas en el hombre- y miedo a la pérdida de acomodación a pautas prescriptas en el ámbito social. El cambio implica pérdida, genera - hasta que se institucionaliza gravessentimientos de inseguridad, que, provocan (y aumentan el aislamiento y la soledad, fundamentalmente por la pérdida de! sentimiento de pertenencia a un grupo social estabilizado. El otro miedo que coexiste es el miedo al ataque, que aparece por el hecho de que el individuo ha salido de su estereotipo anterior y no se ha instrumentado lo suficientemente como para defenderse de los peligros que cree incluidos en el nuevo campo. Este conflicto tan grave en nuestra cultura nos lleva a. la inmovilidad y a la marginalidad. Progresivamente, la labor humana y social se ha transformado en una creación, donde un equipo de personas reunidas en un gran operativo por adición de informaciones y de estímulos, logra un nivel de productividad que va mucho más allá de la tarea parcial de cada uno de sus miembros. Un ejemplo típico, de. cambio revolucionario es Sigmund Freud, depositario operativo de la tradición literaria romántica, quien como escritor recibe el premio Goethe, y como agente de cambio de la psicología revoluciona la moral de su época. conmueve los cimientos de la ética victoriana y promueve una nueva actitud de. comprensión del hombre, al cual abarca en toda su profundidad y su historicidad.
La influencia de Freud puede ser detectada en todos los campos del connocimiento y del arte, pues paralelamente, e influenciada por él, se desarrollan corrientes literarias que cambian totalmente el diálogo con el objeto estético. Así, en Zurich emergen el dadaísmo por una mayeútica psicoanalítica. Como una criatura que comienza diciendo Da-Da y que va creciendo paulatinamente con algunos cambios de nombre, hasta la culminación en el surrealismo, una corriente ideológica -si así puede denominarse-, que terminará por sellar definitivamente la influencia del psicoanálisis sobre el campo del conocimiento artistico, dando al mundo actual una fisonomía nueva, integrándose dentro de una actitud que podría denominarse actitud moderna.
Freud provoca un cambio total de la imagen del hombre, desocultando los elementos ocultos y pre-existentes, condicionantes de conductas que así se hacen comprensibles; develando los aspectos subterráneos y laberínticos de la naturaleza humana.
La obra de todo genio creador, agente del cambio, es resistida y vivida como revolucionaria. Por eso la obra de arte no suele ser de inmediato comprendida y aceptada, porque va a mostrar la verdadera imagen del hombre y a destruir aquella otra, distorsionada y acomodada a normas formales, que éste tenía en sí mismo y de su mundo.