miércoles, 6 de marzo de 2019

ENTREVISTA DESCONOCIDA A GABRIEL GARCIA MARQUEZ


Es sabido que García Márquez tenía tanto amor por el cine como por la literatura. Sus únicos años de estudiante fueron en una escuela es el cine. Nunca estudié literatura en ninguna escuela, pero hice su curso de Dirección de Cine en el Centro Experimental de Cinematografía de Roma. En 1985 creó en La Habana la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericana, con un objetivo simple y desmesurado: la integración del cine latinoamericano. Así nació la Escuela de Cine de San Antonio de los Baños, dirigida –a instancias de García Márquez-, por el argentino Fernando Birri.  En 1986 el periodista Manuel Martinez Carril lo entrevistó para la revista uruguaya “Cinemateca”. Así queremos recordar que el 6 de marzo de 1927 nació este escritor cuya obra sigue oliendo a maravilla.



Pregunta: Si hubiera que hacer un balance de lo que desde un año hasta ahora ha logrado la  Fundación,  ¿cuál  sería este balance?

García Márquez:  El  balance  es  completamente desbalanceado.  Si  empezamos  con  la Escuela  Internacional  de  Cine  y  Televisión,  pesa  mucho  más  que  la Fundación. La Escuela Internacional de Cine y Televisión  es  una  obra  que  es más  importante  que  la  Fundación misma, imagínate  si  será  importante. Luego, lo adelantado que tenemos ya los proyectos de hacer una sala de cine en cada  capital  de  América  Latina.  Por ejemplo  ya  en  España  tenemos  una bastante adelantada, y en París, con el objeto  de  pasar  el  cine  clásico  latinoamericano. Hay que ser muy preciso: no para pasar las nuevas películas del supuesto  nuevo  cine  latinoamericano, sino con el objeto de mantener vivo un foco  de  interés  por  el  cine  latinoa¬mericano  que  cree  espectadores  y  así como tratamos de crear en la Fundación directores,  productores,  creadores  en general, creo que hay que crear, que hay que  tratar  de  crear  espectadores,  en ese sentido las salas  pueden  dar  un  gran  resultado. Digo esto porque las películas del nuevo cine latinoamericano no deben ir directamente a estas salas. Deben tratar de entrar por los grandes circuitos de distribución. Pero esos grandes circuitos de distribución están cerrados porque no hay una verdadera presión del público por ver estas películas. Entonces lo que tratamos con estas pequeñas salas es ir creando el público que termine por hacer presión sobre los grandes monopolios y ojalá rompiendo esos monopolios (pero,  no contra los otros cines sino para que sea justo  con  el  nuevo  cine  latinoamericano).

P.: ¿Ese  mecanismo va a  ser igual para cada país o tendrá en cuenta las condiciones  nacionales,  que  son  diferentes?

G.M.-  Si  se  trata  de  hacer  la  revo¬lución, esa mención tuya es importante; si se trata de hacer la revolución en el cine a lo mejor también funciona pero todavía no hemos llegado a  pensar en ello. Sabemos que queremos salas para dar películas.

P.:  Y esas  películas,  ¿en  qué  va a contribuir la Fundación para que sean realizadas?

G.M.-  La  Fundación  las  programa. Esas películas están hechas, es el  cine  clásico  latinoamericano.  La Fundación las programa, las distribuye y suponemos que la sala va no con las ganancias porque  no habrá ganancias, sino que irá a mitades con las pérdidas.

P.:  ¿Pero  la  Fundación  tiene  pro¬yectos para la realización de películas? 

G.M.- La Fundación  no es productora,  ayuda, fomenta, coordina, gestiona, hace cualquier truco con tal de que se hagan las  películas  de  los  directores  lati noamericanos que no pueden hacerlas. Tenemos la pretensión de que la Fundación  tenga  gran  influencia  con  los productores  tanto  como  con  los  directores. Entonces nosotros podemos po¬ner esa influencia  a sus servicios. Se trata de eso, nosotros no producimos.

P.:  ¿La  Fundación  tiene  además algún otro tipo de acción prevista en lo inmediato?

G.M.-  En  lo  inmediato  son  todas las acciones.

P.: Aparte de las dichas.

G.M.- Aparte de las dichas hay una que parece una tontería que me tiene a mí emocionado pero nadie me quiere hacer caso,  que  es  la  escritura  de  un  dic¬cionario cinematográfico con el objeto de que  en  cada  país  latinoamericano  se sepa cómo se dice en los otros cada cosa,  y  ponernos  deacuerdo, porque un día va a suceder que un director colombiano da una orden a un director uruguayo y el fotógrafo hace completamente  lo  contrario,  porque conoce el término en inglés sí estudió en los Estados  Unidos.  Entonces  ese  dicdonarío es importante porque si hablamos  de  unificar el lenguaje  cinematográfico primero tenemos que unificar el lenguaje hablado. ¿Por qué me miras así?

P.: Ese es un prejuicio de literato, de escritor.

G.M.- Puede ser un prejuicio más bien decinematografista pensar que  los cinematografistas no entienden el lenguaje hablado, desde que se inventó el cine mudo. Además hay una cosa que te digo: la Fundación tiene mucho interés en convencer a la Escuela de gue haga un taller del  olor y no ha logrado con¬vencer a Femando Birri  todavía.  Date cuenta de una cosa, tarde o temprano la técnica y la ciencia van a inventar, van a incorporar los olores al cine y si para entonces no está avanzado  un estudio teórico sobre cómo se va a utilizar el olor en el cine, van a terminar haciendo una imbecilidad porque esto sin duda lo van a  terminar  inventando  los  norteamericanos y si no lo inventan los norteamericanos, lo inventan los soviéticos, pero será exactamente lo mismo.

P.: Ya está inventado,  hay  más  de una película con olor.

G.M.-  No,  no:  quiero  decir  que  inventen el sistema rentable.  Lo importante  no  es  la  posibilidad  técnica  y científica, lo importante es la definición estética de lo que hay que hacer porque no puede ser naturalista, no puede ser que las cosas huelan como en la naturaleza. El olfato es el sentido con mayor poder de evocación que existe, entonces es podertransportar ese  poder  de  evocación  al cine y por consiguiente al espectador con fines creativos,  con fines estéticos,  no que las rosas huelan a rosas y que las cebollas  huelan  a  cebollas,  sino  para crear en el espectador sensaciones que no están en la pantalla, que no se sabe dónde  están  pero  que  se  pongan  en condiciones. Tener un estado de ánimo distinto en relación con cada episodio, con  cada  acontecimiento;  entonces  si nosotros nos anticipamos en la Escuela  a hacer un organismo de investigación de esto, cuando venga, cuando se invente el  sistema,  pues  va  a  ser  un  sistema naturalista que no va a servir para nada y  aunque  no  sirva  para nada  queda-remos  por lo menos como pioneros del cine  que  al  fin y  al  cabo  tiene  cierta importancia; y ahora te vas al carajo.

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