"Cómplices", aullemos...
derrotado, con los brazos quebrados,
no estás solo, estoy contigo cuando la noche raspa la sangre
donde la agonía surge de la dicha de recordar y estar. Aquí
también estoy, en esta soledad más grande que mi mundo
donde el corazón necesita de otra sangre para revitalizar su
cansado ritmo.
Música en el cielo nos une por medio de lo ojos
el viento en los árboles y los ruidos cotidianos los escuchamos
con el mismo aliento
tus pasos sin sentido que llevan a algún lugar
son mis sonrisas esperando no verte
pero conociendo que el mundo está hecho de nosotros
tejidos por la fortaleza de nuestra inmanencia en
constante metamorfosis ante nosotros mismo.
Pasan mis edades y mis ojos frente al espejo Ignorándose
perdiéndose en lo que no quieren ser. Llegarán otros hoy
mi lengua desgastada
mi piel muerta, teñida. Sordera
y mudez
añoranzas de quien habla
y no se comunica.
¿Para qué estas
lágrimas,
de qué sirven estas sonrisas?
Una cuerda
un cuchillo.
¿Son salida?
Un ocaso
otro,
y mañana, Otro. Deje mi
mirada
indistinta
en la superficie
la tierra luce pequeña
en mí inmensidad No,
¡no me conmoverá
más! Con
concepciones
de la naturaleza
Alba, Ocaso, Noche. Traducciones
de nuestras perdiciones,
enclaustrados nos perdemos
en el mundo. Nos
entregamos a la certeza
de lo que vemos
maravillados
deliramos amor al entorno
Naturaleza indiferente
continúa con su acontecer.
Naturaleza y humano. Extraños
unidos a nada.