martes, 10 de marzo de 2020

TEXTO INÉDITO DE RODOLFO BRACELI



                                                          CORAZÓN DE LA SIESTA

El nacimiento del primer corazón sucedió en la plena siesta, naturalmente. Colisionaron varios milagros terrenales para que el nacimiento estallara por los sietes cardinales del aire, a saber:
Una perra lamía a un perro, el perro quieto ni ladraba;
el mar se retorcía, vientre adentro, hasta el útero de la mar;
un lobo pugnaba por morderse la conciencia;
una hormiga se atrevía fruta adentro por la hendija de un durazno herido que ya reventaba de maduro;
y los olores se sublevaban por fin
¿era el olor de los cuerpos que se hacen el amor de los amores?
¿era el olor a espiga de la harina convertida en pan recién horneado?
¿era el olor profundo de la uvas presintiendo el luminoso vino oscuro?
¿eran los olores que brotaban del lecho fragoroso en el que se estaban matrimoniando de una vez por todas el señor Ajo y la señorita Cebolla?
Todo estaba para ser desvirginizado, como diosmanda.
Todo en estado de sed y de saliva.
Todo era anuncio de inminente desvirgue.
Un caballo se ensartaba en una yegua o, quién sabe, la yegua lo argoyaba al caballo,
el caso es que sucedieron caballoyegua y yeguacaballo
el caso es que los cuerpos se soltaron de las marías y de los juanes.
Se soltaron, se perdieron, se encontraron.
Todo a punto.
Todo estampido.
Todo en llamas.
Como los dioses bienparidos mandan: dos humanos se incendiaban enteros:
y de alaridos se fulminaban ¡las entrañas!
Y los dos, viniendo en contraria dirección,
trasponían el umbral del mismo ojal:
el latido estaba pulso.
La sangre acababa: acaba de aprender que se pertenecía y que su perenne deber
iba a ser vadear la impunidad del sumo absurdo.

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No era para menos: flameaba entonces la siesta alzada por el aire decidido a viento…
flameaba la plena siesta cuando, madremía,
un limón dio un salto memorable y al caer ¡se convirtió en naranja!
Sin pensarlo dos veces la naranja dio otro salto y al caer ¡se convirtió en tomate!
Y el tomate, envalentonado, sacó pecho y se animó a otro salto abismal y al caer ¡se convirtió en corazón!
Así fue que nació para los tiempos el famoso corazón.
Entonces la vida goteaba, se desvivía.
A la vida le temblaban las rodillas.
))