CORAZÓN DE LA SIESTA
El
nacimiento del primer corazón sucedió en la plena siesta,
naturalmente. Colisionaron varios milagros terrenales para que el
nacimiento estallara por los sietes cardinales del aire, a saber:
Una
perra lamía a un perro, el perro quieto ni ladraba;
el
mar se retorcía, vientre adentro, hasta el útero de la mar;
un
lobo pugnaba por morderse la conciencia;
una
hormiga se atrevía fruta adentro por la hendija de un durazno herido
que ya reventaba de maduro;
y
los olores se sublevaban por fin
¿era
el olor de los cuerpos que se hacen el amor de los amores?
¿era
el olor a espiga de la harina convertida en pan recién horneado?
¿era
el olor profundo de la uvas presintiendo el luminoso vino oscuro?
¿eran
los olores que brotaban del lecho fragoroso en el que se estaban
matrimoniando de una vez por todas el señor Ajo y la señorita
Cebolla?
Todo
estaba para ser desvirginizado, como diosmanda.
Todo
en estado de sed y de saliva.
Todo
era anuncio de inminente desvirgue.
Un
caballo se ensartaba en una yegua o, quién sabe, la yegua lo
argoyaba al caballo,
el
caso es que sucedieron caballoyegua y yeguacaballo
el
caso es que los cuerpos se soltaron de las marías y de los juanes.
Se
soltaron, se perdieron, se encontraron.
Todo
a punto.
Todo
estampido.
Todo
en llamas.
Como
los dioses bienparidos mandan: dos humanos se incendiaban enteros:
y
de alaridos se fulminaban ¡las entrañas!
Y
los dos, viniendo en contraria dirección,
trasponían
el umbral del mismo ojal:
el
latido estaba pulso.
La
sangre acababa: acaba de aprender que se pertenecía y que su perenne
deber
iba
a ser vadear la impunidad del sumo absurdo.
((
No
era para menos: flameaba entonces la siesta alzada por el aire
decidido a viento…
flameaba
la plena siesta cuando, madremía,
un
limón dio un salto memorable y al caer ¡se convirtió en naranja!
Sin
pensarlo dos veces la naranja dio otro salto y al caer ¡se convirtió
en tomate!
Y
el tomate, envalentonado, sacó pecho y se animó a otro salto
abismal y al caer ¡se convirtió en corazón!
Así
fue que nació para los tiempos el famoso corazón.
Entonces
la vida goteaba, se desvivía.
A
la vida le temblaban las rodillas.
))