jueves, 23 de abril de 2020

POEMAS INÉDITOS DE JORGE ACCAME


                                    

Jorge Accame es poeta, cuentista, novelista, dramaturgo, docente. Nació en Buenos Aires y vive actualmente en San Salvador de Jujuy. Ganó el premio La Nación-Sudamericana 2008 –con su novela Forastero- , el Premio Norma Literatura Infantil y Juvenil 2013, y los premios teatrales Florencio Sánchez, ACE, Trinidad Guevara y Estrella de Mar, entre otros galardones. De Jardín nublado, en Objetos propios y prestados sin bordes precisos (en prensa), son los siguientes poemas.



Mi hijo menor habla de su viaje por México.
Relata que buceó en cenotes. Aguas cristalinas, silenciosas,
deshabitadas como un fin de mundo.
En una ocasión pasó de un cenote a otro por un túnel
donde apenas cabía una persona.
El túnel tenía cerca de cien metros de largo.
Imagino a mi hijo en ese túnel.
Solo, cien metros de absoluta oscuridad. 
Mientras él sigue contando, con una excusa cualquiera
apoyo mi mano en su brazo. 


............................

Sin techo


I


Estatua tirada en la vereda, 
sobre la cabeza dormida, mechones grises
entre los cuales alguna vez 
alguien habrá enredado amorosamente sus dedos
II


Duerme bajo un balcón 
apenas cubierto por un diario, 
imagina el calor. 
Como un león exiliado. 
Ya volveré, piensa.
 ..............


Algunas noches sueño que vuelo.
Pero vuelo mal, con torpeza.
Ya que es un sueño, ¿no podría al menos volar bien?
Me cuesta mantener el control.
Si vuelo sobre un lago, hago sapitos y siempre 
estoy a punto de hundirme en el agua.
Si atravieso una llanura, choco contra las ramas 
y debo protegerme la cara con los brazos.
Mi vuelo es tan defectuoso que mientras 
sueño, estoy seguro de que es realidad. 

...................


La alegría

Una chica en el colectivo, sentada frente a mí. ¿Veinte años?  
Seria, reconcentrada.                                                              
De pronto una mujer le pregunta la hora,                              
ella vuelve en sí y le responde con su sonrisa                          
que se extiende como un incendio
sobre el mapa seco y viejo de la ciudad.
Un taxista, casi adolescente, el entusiasmo mueve su cuerpo
como si fuera un títere de su propia juventud,                        
me cuenta sus proyectos,                                                      
se asombra con cada palabra que dice.
En un bar, la camarera limpia las mesas, luego el piso.
Ve que me siento y desde lejos pregunta feliz qué voy a tomar.
Le pido un café, dice gracias y va a prepararlo.                      
¿Qué agradece? ¿A quién?

...............




Teatro


Mi querido amigo,
lo vimos todos.
Estuvimos allí. Es inútil hacernos los tontos.
Fuimos por las planificadas calles,
entre los faroles dispuestos cada cinco metros.
Charlamos sobre nuestro día,
las chicas bromearon.
Llegamos al teatro iluminado,
buscamos las entradas reservadas en boletería,
y tomamos un café en el bar.
Cada cosa fue tal cual la habíamos previsto.
Dieron sala y entramos,
Nos sentamos en la platea de terciopelo rojo.
¡Una noche perfecta!
Bajaron las luces, tomé la mano de mi chica
y se extinguieron las voces y las risas del público
como si hubieran caído desde un acantilado.
Por unos segundos el silencio fue un corazón
palpitando en la oscuridad.

Entonces sucedió:
El actor entró. Pisó el escenario,
las tablas crujieron.
Y cambió de golpe la arquitectura de nuestra sangre,
el metabolismo del cosmos.
Y el orden ya nunca fue el mismo.


Presentación

Una forma distinta, propia, de mirar la realidad y contarla. Sumate a este proyecto de periodismo gráfico y audiovisual, para defender c...