jueves, 30 de julio de 2020

EL TANGO por Lina Avellaneda


El tango, el "tanguere", el "tocar tambor", el "tambo" de los negros en Uruguay, el ritmo "tan-go" de otros negros venidos desde mucho más lejos.....en fin, el Tango, de donde sea el origen del vocablo, es una música única y que le pertenece a ambas márgenes del Rio de La Plata. Buenos Aires y Uruguay.

           En los albores del siglo pasado, llegaban y se mezclaban esclavos negros con criollos, criollos con inmigrantes nostalgiosos, aires de candombes con tangos andaluces, habaneras con polkas, todo en medio de la mirada furtiva hacia Europa, junto con el hambre, la falta de trabajo, la rebelión, la melancolía, el asombro y el desarraigo. Mezcla rara, hibrida, rica y única, que dio como resultado una música también única, el tango.

Nació prostibulario y nació compadrito, de 1895 a 1917 existió bajo la llamada Guardia Vieja y el Tango Milonga. Bailado primero por hombres, cantado después, fueron sus exponentes desde 1800 a 1899 Juan Maglio, Vicente Greco, Roberto Firpo, Eduardo Arolas y Julio de Caro entre otros.

Del año 1917 al 1924 fue el fin de la Guardia vieja y nació timidamente el Tango Canción. Tal vez con Mi noche triste, como su más alto exponente, en la voz de Carlos Gardel en 1917, tema de Castriota y Contursi.

Del 24 al 40 fue sin dudas a era dorada del tango de la mano de la Guardia Nueva. En el Cantor máximo de Buenos Aires, Carlos Gardel, y en las composiciones de Alfredo Gobbi, Anibal Troilo, Roberto Grela, y Pedro Laurenz entre muchos.

El Tango canción explotó en toda su belleza y profundidad. Y se sumaron las letras sociales al final de esta etapa, que eran fuertemente dominadas por la pluma de Enrique Santos Discépolo, quien fallece en el 51.

Del 24 al 50 nuestro país pasa por varias fases culturales y económico sociales. Desarrollo del cine y de los radioteatros incentivan la Industria Cultural y de la mano de ella el Tango. Pero también pasamos por etapas de depresiones económicas y de luchas sociales que influirán bastante en la aparición de las Orquestas Típicas, muy bailables y muy diversas entre sí. Ya no importaba tanto lo que se decía, si no lo que se bailaba. 

Del 40 al 55 Las Orquestan dominan la escena como la de Anibal Troilo, Juan D Arienzo, Carlos Di Sarli, Osvaldo Pugliese, Horacio Salgan, Franchini Pontier, Sebastian Piana, Hector Stamponi, Atilio Stampone, y Mariano Mores entre muchas más.

Cabe destacar que la Orquesta de Pugliese siguió tocando aun cuando su director estuvo preso por comunista. Situació que luego se superó.

De estas orquestas la gente hacia sus delicias y es así que tocaban con sus propias hinchadas. La orquesta de D Arienzo era por lejos la más picada y se destacaba por los dúos que presentaba de cantores. La orquesta de Mariano Mores, y todo su clan, fue muy innovadora e incluyo instrumentos nunca antes usados para ejecutar el tango y la milonga. Asimismo Troilo, Piana, Mores, Pugliese y Salgan entre otros muchos compusieron piezas increíblemente excelsas que aún siguen ejecutándose y pasaran a la eternidad por su belleza.

El fin de la era dorada puede abarcar desde el 55 hasta los 70. Allí hubo un estancamiento y pocas innovaciones profundas. Sin embargo se destacan Baffa, Berlinghieri, Leopoldo Federico, Jose Colangelo, Ubaldo De Lio, Pedro Laurenz y Rafael Ferro entre otros.  Y también los que siguen transformando sus orquestas en duetos o quintetos y es asi como Salgan, Stampone y Piazzolla empiezan a jugar con el saxofón, la batería, el sintetizador y algunos instrumentos más eléctricos. Se exhibe en el Maestro De Lio una mezcla de estructuras y una busqueda que más adelante y a partir del los 70, hara explosion y maravillara la mundo en el fueye y la composición de ASTOR PIAZZOLLA.

De alíi en adelante las estructuras tradicionales se ven transformadas, o directamente reemplazadas. Y la búsqueda se extiende a las letras que junto a Horacio Ferrer fundamentalmente construirán las bases del Tango Contemporáneo.

Ya hemos dicho que posiblemente la edad de oro del tango hayan sido los años 40. La cantidad y calidad de intérpretes, autores y compositores del genero así lo atestiguan. Pero cabe destacar la mirada de esos tangos que en su inmensa mayoría hablaban de los barrios porteños, de los amores prohibidos, de la madre enferma, de la novia ausente, o del conventillo y alguno de sus personajes. Por decirlo de otra manera no eran tangos acerca de ningún inconsciente colectivo. No se hablaba de "nosotros" si no de individuos con sus tormentos y alegrías a cuestas. No se nombraba a la ciudad como un todo ni se la tomaba en su conjunto, las letras eran absolutamente presentadas en historias personales.

Entre los 60 y 70 se instauro la pelea, la grieta, la discusión, acerca de si el tango debería ser otra cosa, o quedarse exactamente en su lugar de origen. Surgio una especie de conservadurismo por lo original, y la negación de nuevos cantores que no cumplieran con los cliche de siempre, y de nuevas músicas y letras que empezaran a hablar desde un lugar distinto, sin farolitos, ni veredas adoquinadas ni amores de carnes propias. De a poco (hasta la explosión definitiva Piazzolla y Ferrer), los tangos empezaron a ser de un amor más abarcativo hacia la ciudad como un todo, y las  músicas más complejas, elaboradas e inclusivas, con la feliz intromisión de nuevos instrumentos o viejos instrumentos nunca antes usados para el tango.

Todavía al día de hoy, hay tangueros que insisten (sin conocer siquiera las reglas que son necesarias para que un hecho cultural no muera), en que la única identidad tanguera habita en el tango tradicional. 

El nuevo movimiento del género se podría decir que aparece reconociendo a la misma diversidad cultural como la simiente que logro el nacimiento del tango. Al hacerlo valoriza a los habitantes en su conjunto y a todas las problemáticas que aquel crisol de razas instauro en nuestro Buenos Aires ecléctico.

Durante muchos años hemos visto la desaparición física de un Buenos Aires antiguo y de espacios tradicionales bajo la piqueta o el mercado inmobiliario. Pero también toda la convulsión política de los 70, el exilio, y luego la ansiada democracia empiezan a forjar tangos que hablan del amor y de la necesidad de construir Bs As antes que de la nostalgia y la desilusión.

Se retoma de a poco y con escasa industria cultural y de difusión, la idea de un "nosotros" como construcción colectiva y la idea de una reconstrucción de la identidad vulnerada y robada por la dictadura militar.

Esto será así sobre todo durante el periodo primero de democracia post dictadura. Con Alfonsin y hasta entrados los 90 se afianzaron las músicas y las letras de Astor Piazzolla, Hector Negro, Horacio Ferrer, Eladia Blazquez, Chico Novarro, Osvaldo Sosa Cordero, Edmundo Rivero, Ruben Garello, y muchos más.

Para los 90, muy lamentablemente la cosa fue cambiando, sobre todo a nivel letrística. Con el Menemato surgió el "salvese quien pueda" y en verdad al tango más que difundirlo, se lo utilizo como espejitos de colores del 90 para mostrar allende los mares. Y los espacios empezaron (y aun hoy muchos continuan así) a vender el show tanguero de un Bs As que ya no existe, y que en algún caso hasta incluye caballos y boleadoras en el escenario. Nada más alejado de nuestra realidad de hoy. No mostrar la Ciudad en que vivimos es una forma de ir matándola de a poco. La negación al dinamismo y a los cambios es lo menos inteligente que podemos hacer si queremos salvar esta música nuestra tan original y única.

De todas maneras, la batalla cultural no está del todo perdida, ya que autores compositores e intérpretes nuevos siguen dejando sus letras y músicas. Como pueden. En los formatos que pueden. Sin que se cumpla siquiera la ley de radiodifusión como debiera, sin un sello discográfico apto para todos los artistas, sin medios de difusió masivos (FM Y TV de aire fundamentalmente) y sin lugares destacados en los medios hegemónicos de la prensa.

Pero aquí estan, "los" Alejandro Szwarcman, Raimundo Rosales, Marcela Bublick, Julian Hermida, El Arranque y tantos tantos mas que seguimos escribiendo y cantando nuevos tangos porque queremos que cuando ya no habitemos este suelo y la historia pregunte que pasaba en los 2000 haya temas que lo cuenten.

 



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