Felino,
cruel animal adelantado en baba,
y garras, hacia el pájaro víctima
centro de toda tu pasión siniestra.
Alguien te vio
alguien que sorprendió tus macabras faenas
y te ha incluido inmensamente
en el espacio
como un demonio de súbito atrapado,
iluminado desde abajo
en su nocturno horizonte.
No son imágenes:
las voluptuosas,
las urgentes palomas del deseo;
la ascendente columna de sabor
te corre bajo la piel
y erizas la pelambre
y las espaldas alzas
con locura.
Ah, la sangre es la sangre
y no hay más que buscarla
y luego por un agujero sale sola
dulce de mansedumbre
y luego, luego te relames
y escapas
a completar la orgía con el sexo.
Pero allí, alguien te vio
y no podrás dejar esta memoria
donde has clavado dientes perfumados de odio
y me contemplas con violento rostro.
julio de 1949