Fuente: Efe
Para el filósofo y lingüista
Noam Chomsky, la primera gran lección de la actual pandemia es que
estamos ante “otro fallo masivo y colosal de la versión neoliberal
del capitalismo”, que en el caso de Estados Unidos está agravado
por la naturaleza de los “bufones sociópatas que manejan el
Gobierno” liderado por Donald Trump.
Desde su casa de Tucson
(Arizona) y lejos de su despacho en el Instituto Tecnológico de
Massachusetts (MIT), desde el que cambió para siempre el campo de la
lingüística, Chomsky repasa en una entrevista con Efe las
consecuencias de un virus que deja claro que los gobiernos están
siendo “el problema y no la solución”.
— ¿Qué
lecciones positivas podemos extraer de la pandemia?
—La primera lección es que
estamos ante otro fallo masivo y colosal de la versión neoliberal
del capitalismo. Si no aprendemos eso, la próxima vez que pase algo
parecido va a ser peor. Es obvio después de lo que ocurrió tras la
epidemia del SARS en 2003. Los científicos sabían que vendrían
otras pandemias, probablemente de la variedad del coronavirus.
Hubiese sido posible prepararse en aquel punto y abordarlo como se
hace con la gripe. Pero no se ha hecho.
Las farmacéuticas tenían
recursos y son superricas, pero no lo hacen porque los mercados dicen
que no hay beneficios en prepararse para una catástrofe a la vuelta
de la esquina. Y luego viene el martillo neoliberal. Los Gobiernos no
pueden hacer nada. Están siendo el problema y no la solución.
Estados Unidos es una
catástrofe por el juego que se traen en Washington. Saben cómo
culpar a todo el mundo excepto a ellos mismos, a pesar de que son los
responsables. Somos ahora el epicentro, en un país que es tan
disfuncional que ni siquiera puede proveer de información sobre la
infección a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
— ¿Qué
opina de la gestión de la administración Trump?
—La manera en la que esto se ha
desarrollado es surrealista. En febrero la pandemia estaba ya
haciendo estragos, todo el mundo en Estados Unidos lo reconocía.
Justo en febrero, Trump presenta unos presupuestos que merece la pena
mirar. Recortes en el Centro de Prevención y Control de Enfermedades
y en otras partes relacionadas con la salud. Hizo recortes en medio
de una pandemia e incrementó la financiación de las industrias de
energía fósil, el gasto militar, el famoso muro…
Todo eso te dice algo de la
naturaleza de los bufones sociópatas que manejan el Gobierno y que
el país está sufriendo. Ahora buscan desesperadamente culpar a
alguien. Culpan a China, a la OMS… y lo que han hecho con la OMS es
realmente criminal. ¿Dejar de financiarla? ¿Qué significa eso? La
OMS trabaja en todo el mundo, principalmente en países pobres, con
temas relacionados con la diarrea, la maternidad… ¿Entonces qué
están diciendo? “Vale, matemos a un montón de gente en el sur
porque quizás eso nos ayude con nuestras perspectivas electorales”.
Eso es un mundo de sociópatas.
—Trump
empezó negando la crisis, dijo incluso que era un bulo demócrata...
¿Puede ser esta la primera vez que a Trump le han vencido los
hechos?
—A Trump hay que concederle un
mérito... Es probablemente el hombre más seguro de sí mismo que ha
existido nunca. Es capaz de sostener un cartel que dice “los amo,
soy vuestro salvador, confíen en mí porque trabajo día y noche por
ustedes” y con la otra mano apuñalarte en la espalda. Es así cómo
se relaciona con sus votantes, que lo adoran independientemente de lo
que haga. Y recibe ayuda por un fenómeno mediático conformado por
Fox News, Rush Limbaugh, Breitbart… que son los únicos medios que
miran los republicanos.
Si Trump dice un día “es
solo una gripe, olvídenses de ella”, ellos dirán que sí, que es
una gripe y que hay que olvidarse. Si al día siguiente dice que es
una pandemia terrible y que él fue el primero en darse cuenta, lo
gritarán al unísono y dirán que es la mejor persona de la
historia.
A la vez, él mismo mira
Fox News por las mañanas y decide qué se supone que tiene que
decir. Es un fenómeno asombroso. Rupert Murdoch, Limbaugh y los
sociópatas de la Casa Blanca están llevando el país a la
destrucción.
— ¿Puede
esta pandemia cambiar la manera en la que nos relacionamos con la
naturaleza?
—Eso depende de la gente
joven. Depende de cómo la población mundial reaccione. Esto nos
podría llevar a estados altamente autoritarios y represivos que
expandan el manual neoliberal incluso más que ahora. Recuerde: la
clase capitalista no cede. Piden más financiación para los
combustibles fósiles, destruyen las regulaciones que ofrecen algo de
protección… En medio de la pandemia en EE.UU. se han eliminado
normas que restringían la emisión de mercurio y otros
contaminantes… Eso significa matar a más niños estadounidenses,
destruir el medio ambiente. No paran. Y si no hay contrafuerzas, es
el mundo que nos quedará.
— ¿Cómo
queda el mapa de poder en términos geopolíticos después de la
pandemia?
—Lo que está pasando a
nivel internacional es bastante chocante. Está eso que llaman la
Unión Europea. Escuchamos la palabra “unión”. Vale, mirá
Alemania, que está gestionando la crisis muy bien… En Italia la
crisis es aguda… ¿Están recibiendo ayuda de Alemania?
Afortunadamente están recibiendo ayuda, pero de una “superpotencia”
como Cuba, que está mandando médicos. O China, que envía material
y ayuda. Pero no reciben asistencia de los países ricos de la Unión
Europea. Eso dice algo…
El único país que ha
demostrado un internacionalismo genuino ha sido Cuba, que ha estado
siempre bajo estrangulación económica por parte de EE.UU. y por
algún milagro han sobrevivido para seguir mostrándole al mundo lo
que es el internacionalismo. Pero esto no lo puedes decir en EE.UU.
porque lo que has de hacer es culparles de violaciones de los
derechos humanos. De hecho, las peores violaciones de derechos
humanos tienen lugar al sudeste de Cuba, en un lugar llamado
Guantánamo que Estados Unidos tomó a punta de pistola y se niega a
devolver.
Una persona educada y
obediente se supone que tiene que culpar a China, invocar el “peligro
amarillo” y decir que los chinos vienen a destruirnos, nosotros
somos maravillosos.
Hay una llamada al
internacionalismo progresista con la coalición que empezó Bernie
Sanders en Estados Unidos o Varoufakis en Europa. Traen elementos
progresistas para contrarrestar el movimiento reaccionario que se ha
forjado desde la Casa Blanca (…) de la mano de estados brutales de
Oriente Medio, Israel (…) o con gente como Orban o Salvini, cuyo
disfrute en la vida es asegurarse de que la gente que huye
desesperadamente de África se ahoga en el Mediterráneo.
Ponés todo ese
“reaccionarismo” internacional en un lado y la pregunta es…
¿serán contrarrestados? Y solo veo esperanza en lo que ha
construido Bernie Sanders.
—Que
ha perdido…
—Se dice comúnmente que
la campaña de Sanders fue un fracaso. Pero eso es un error total. Ha
sido un enorme éxito. Sanders ha conseguido cambiar el ámbito de la
discusión y la política y cosas muy importantes que no se podían
mencionar hace un par de años ahora están en el centro de
discusión, como el Green New Deal, esencial para la supervivencia.
No le han financiado los
ricos, no ha tenido apoyo de los medios… El aparato del partido ha
tenido que manipular para evitar que ganase la nominación. De la
misma manera que en Reino Unido el ala derecha del Partido Laborista
ha destruido a Corbyn, que estaba democratizando el partido en una
manera que no podían soportar.
Estaban
dispuestos hasta a perder las elecciones. Hemos visto mucho de eso en
EE.UU., pero el movimiento permanece. Es popular. Está creciendo,
son nuevos... Hay movimientos comparables en Europa, pueden marcar la
diferencia.
— ¿Qué
cree que pasará con la globalización tal y como la conocemos?
—No hay nada malo con la
globalización. Está bien ir de viaje a España, por ejemplo. La
pregunta es qué forma de globalización. La que se ha desarrollado
ha sido bajo el neoliberalismo. Es la que han diseñado. Ha
enriquecido a los más ricos y existe un enorme poder en manos de
corporaciones y monopolios. También ha llevado a una forma muy
frágil de economía, basada en un modelo de negocio de la
eficiencia, haciendo las cosas al menor coste posible. Ese
razonamiento te lleva a que los hospitales no tengan ciertas cosas
porque no son eficientes, por ejemplo.
Ahora el frágil sistema
construido está colapsando porque no puede lidiar con algo que ha
salido mal. Cuando diseñas un sistema frágil y centralizas la
manufacturación y la producción solo en un lugar como China… Mira
Apple. Hace enormes beneficios, de los que pocos se quedan en China o
en Taiwán. La mayor parte de su negocio va a parar a donde
probablemente han puesto una oficina del tamaño de mi estudio, en
Irlanda, para pagar pocos impuestos en un paraíso fiscal.
¿Cómo es que pueden esconder dinero en paraísos fiscales? ¿Es eso
parte de la ley natural? No. De hecho en Estados Unidos, hasta
Reagan, era algo ilegal. Igual que las compraventas de acciones.
¿Eran necesarias? Lo legalizó Reagan.
Todo
ha sido diseñado, son decisiones… que tienen consecuencias que
hemos visto a lo largo de los años y una de las razones por las que
encuentras lo que se ha mal llamado “populismo”. Mucha gente
estaba enfadada, resentida y odiaba al gobierno de forma justificada.
Eso ha sido un terreno fértil para demagogos que podían decir: soy
tu salvador y los inmigrantes esto y lo otro.
— ¿Cree
que, tras la pandemia, Estados Unidos estará más cerca de una
sanidad universal y gratuita?
—Es muy interesante ver
esa discusión. Los programas de Sanders, por ejemplo, sanidad
universal, tasas universitarias gratuitas… Lo critican en todo el
espectro -ideológico-. Las críticas más interesantes vienen de la
izquierda. Los columnistas más liberales del New York Times, CNN y
todos ellos… Dicen que son buenas ideas, pero no para los
estadounidenses.
La sanidad universal está
en todas partes. En toda Europa de una forma u otra. En países
pobres como Brasil, México… ¿Y la educación universitaria
gratuita? En todas partes… Finlandia, Alemania, México… en todos
lados. Así que lo que dicen los críticos en la izquierda es que
Estados Unidos es una sociedad tan atrasada que no se puede poner a
la altura del resto del mundo. Y te dice bastante de la naturaleza,
la cultura y de la sociedad.