martes, 9 de marzo de 2021

MUSICA DE CÁMARA. Poema de James Joyce en traducción de Pablo Neruda

 



I

Todo el día escucho el ruido de las aguas sollozando,

triste como el pájaro del mar cuando al partir solitario

escucha el grito de los vientos de las aguas, desolado.


Los grises vientos, los fríos vientos soplan adonde vaya.

Escucho el ruido de mudas aguas, lejos, abajo.

Todo el día, toda la noche las oigo delizarse

aquí y allá.


II

Escucho un ejército cargar sobre la tierra.

Y el trueno de los caballos precipitarse, con espumas

sobre las rodillas.

Arrogante, con armaduras negras, de pie,

detrás de ellos,

desdeñando las riendas,

con ondulantes látigos, los aurigas permanecen.

Gritan en medio de la noche sus nombres de batalla:

yo sollozo durmiendo cuando oigo, lejos,

sus arrolladoras risas.

Ellos parten las tristezas de los sueños con llama segadora,

golpeando, golpeando sobre el corazón como sobre una bigornia.

Arriba sacudiendo en triunfo sus largos cabellos verdes:

salen del mar y corren gritando por la playa.

¿Corazón mío has perdido la sabiduría

para desesperarte de este modo?

Amor mío, amor mío, amor mío

¿por qué me abandonaste?




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