martes, 1 de marzo de 2022

POEMAS INÉDITOS DE DANIEL B. MONTENEGRO

 


RUEGO

De modo que pasó el resto del día en diversas tabernas, y ya se había resignado a que el tiempo de los milagros que había vivido hubiera terminado, definitivamente terminado”.

JOSEPH ROTH


Mi sangre se ha esparcido por el mundo

he muerto varias veces

pero he resucitado al tercer día.

No llevo la cuenta

de las veces que he regresado

con la voz enredada, marcado por fístulas,

tampoco de los milagros que he conseguido.

Constantemente estoy

asechado por el hambre,

por el sueño,

por la sed que reside en el

centro del mundo

que se contorsiona y se deshace

mientras suplico destapar otra botella.


ZONA HADAL

The sea is golden, speckled with white points of light,

lapping with a sort of mechanical self-satisfaction under a pale green sky

IRIS MURDOCH


La última vez que estuve en el mar

nadé invisible y me hice uno con la espuma.

Deseé que el sol pudiera calcinar

mi cuerpo efervescente y perderme

en la espesura oceánica.

Sobre la arena,

se podían ver cuerpos hundiéndose,

pequeños animales que marchaban por la orilla,

la maresía que se expandía por la playa.

La última vez que estuve frente al mar,

me impacienté por entrar en sus profundidades.

Padecí el miedo que tenía mamá

de que yo no regresara a la superficie

y me quedara sumergido.


Yo me acerqué a la fauna marina,

imaginé que me devoraba poco a poco

y desaparecía.

Mamá tenía razón,

algo se quedó en el mar o así lo recuerdo.

Solo soy una estatua de sal y arena

que se hunde, constantemente, hacia las fosas marinas.

donde encuentra el regazo de un monstruo

quien le susurra que todo estará bien.


LATITUDES

Mai ştiu eu ce-aştept în prag!

George Coşbuc

Nuestras lenguas se dijeron

cosas intraducibles.

Transitamos por dos partes

distintas del mundo

para apreciar este momento.

Cruzamos pensamientos

prohibidos, indecibles, silenciosos

y en cada paso

simulamos olvidar nuestros otros

cuerpos lejanos.

No entiendo lo que ha sucedido

entre nosotros,

ni los meandros, ni el fuego

que danzan

incansables al ser parte

de nuestro encuentro.

A veces me digo

que lo mejor que pudo haber pasado

es no haber salido por esa puerta

y me despierto ajeno al paisaje

montañoso que nos hizo parte

de esta tierra y alojó su gélido

aliento sobre nuestras comisuras.

Permaneceremos inmóviles,

vulnerables,

mezquinos

hasta que podamos retornar

a la equidistancia

de aquella noche abisal.


Psicólogo social, investigador de campo y docente universitario. Ha participado en talleres de escritura creativa y dirigidos talleres de escritura comunitaria. Algunas de sus poesías han aparecido de manera dispersa en diferentes publicaciones, su primer libro de poesía es Tríptico Árido (Ediciones Exilio 2020). Algunos de sus trabajos de narrativa también han aparecido de manera desperdiga, hace parte de la antología Águilas y moscas: selección de cuentos (UIS 2020) y Cuentos Atómicos: Antología Iberoamericana reciente (2021).


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