jueves, 4 de agosto de 2022

LA NOVELA POLICIAL según BERTOLT BRECHT

 


El argot descansa sobre un entendimiento tácito entre el escritor y su público, unidos sobre una precisa línea media: la de una saludable vulgaridad Todas las situaciones de la vida, los sentimientos, los gestos, las opiniones, las intrigas son enfrentadas, conforme a ese contacto literario , solo en la medida en que existan para ellos giros en argot. También los clasicos ilustres de alto vuelo, que pretenden dar una visión total de la vida, parecen, es asombroso, tanto más falsos e intragables que esas pequeñas muestras de vida, arbitrarias, pero no tan arbitrarias como aquella, y satisfacen ciertos apetitos bien precisos del público. Teniendo en cuenta la situación actual de la literatura , que la discusión pública no contribuye a mejorar, soy, por mi p arte, un fanático de la novela policial.

Trabajar sobre un esquema es sano. El día en que nuestros dramas vuelvan a tener algún valor, se parecerán como dos gotas de agua: descansarán sobre un esquema. Para un escritor no hay mejor resistencia interna que un esquema; no puede salir adelante sin él . Algo tan sano como un esquema ya no se encuentra, entre las producciones artísticas de cierto nivel, salvo la opereta y la revista, más que en la novela policial. Cuando ustedes abren una novela policial, saben lo que buscan. Rechazan, la sorpresa. Quieren savoir-faire (por parte del personaje, de ustedes mismos), talento combinatorio (por parte del héroe, del auto r, de ustedes) quieren conocer cierta parte de la acción, hasta cierta página, ni una más. Antes de abandonarse a la inspiración, es absolutamente necesario que el auto r haya fumado cierta cantidad de cigarros, que esté de tan buen humor como ustedes asían estar, hay que reconocer en él el entrenamiento mental que se le exige a todo artista de variedades cuando estamos pendientes de que conserve la sonrisa mientras “trabaja ”

No se puede calificar la lectura de novelas psicológicas (o digamos: literarias) de ocupación intelectual con la misma certeza que la lectura de novelas policiales, porque la novela psicológica (literaria ) se deja penetrar, en lo esencial, por operaciones distintas al pensamiento lógico. La novela policial trata acerca de la lógica y exige del lector el pensamiento lógico. En esto se aproxima a las palabras cruzadas. Ningún autor de novelas policiales tendrá el menor escrúpulo en situar el crimen en la mansión de un lord aunque eso carezca por completo de originalidad. Los caracteres se modifican muy poco, los móviles del asesinato son m uy restringidos en número. El buen autor de novelas policiales no emplea mucho talento en reflexionar sobre la creación de nuevos caracteres o en el descubrimiento de nuevos móviles: ese no es el problema. La originalidad está en otra parte : que una característica de la novela policial sea la variación sobre elementos más o menos fijos, eso es precisamente lo que le confiere al género el nivel estético. Porque es el sello, entre o tras cosas, de una rama altamente cultivada de la literatura. La novela policial, como el universo mismo, está dominada por los ingleses. El Código inglés de la novela policial es el más rico y riguroso de todos. Sus reglas están expresadas en valiosos ensayos. Los esquemas de los americanos son mucho más débiles. En relación a los ingleses se resienten por una carrera a la originalidad a cualquier precio. Sus asesinatos se cometen en cadena, tienen un carácter epidémico; sus novelas descienden al nivel del espanto, del "thriller", algo que ya no es espiritual, sino puramente nervioso. Asombra ver cómo el esquema básico de la buena novela policial recuerda el modo de trabajar de nuestros físicos. Al principio, se destaca un cierto número de hechos. Un cadáver, por ejemplo. El reloj está roto y marca las 2. El ama de casa tiene una tía con buena salud. Esa noche estaba nublado, etc. Luego se bosquejan hipótesis de trabajo , susceptibles de ajustarse a los hechos. Sobrevienen nuevos hechos, o al perder valor los hechos ya anotados, se buscan nuevas hipótesis de trabajo. Para llegar finalmente al test de validez, la experiencia. Si la tesis es justa , el asesino debe aparecer, a continuación de tal o cual medida tomada, en un lugar y un momento cualquiera. Lo que es capital es que las acciones no deriven de los caracteres, sino los caracteres de las acciones. Vemos personas que se mueven por trozos, fragmentariamente. Sus. móviles permanecen en la sombra y deben ser revelados por un razonamiento lógico. Queda admitido que lo determinante en sus actos son sus intereses, y más precisamente, casi exclusivamente, sus intereses materiales. Son lo que se trata de determinar. Allí es donde vemos la proximidad con el punto de vista científico, y el abismo que separa la novela policial de la novela de introspección. Que la primera utilice métodos científicos particulares, que la medicina, la química, la mecánica desempeñen en ella un gran papel es secundario: lo que está inspirado por la ciencia es la concepción de conjunto de los autores de novelas policiales.

Inútil negar que la forma en que son bosquejados los actores es casi siempre muy superficial. Por lo general se dice de ellos sólo lo estrictamente necesario para la comprensión de sus actos. Tenemos un hombre que es vengativo, por eso escribió esta carta ; o bien : esta carta está escrita por un hombre vengativo: ¿Cuál de los dos es verdaderamente vengativo? El lector toma parte en la construcción de un carácter, pero como una actividad en desarrollo: es una revelación por hacer. Como el que está acorralado sólo puede esperar dificultades, el retrato que bosquejamos de él está obligado a entregar sus rasgos de carácter con repugnancia; no hace más que revelarse, produce él mismo rasgos de carácter, trampea, desordena premeditadamente la experiencia. Aquí pensamos en la física contemporánea. El objeto observado es modificado por la observación. Semejantes cumbres de la psicología literaria (cumbres porque desde el punto de vista de la psicología científica moderna, la pintura de las acciones humanas en la novela está completamente perimida) en la novela policial derivan inmediatamente del hecho de que allí la vida burguesa es captada y concebida como producción comercial. En medio de todo esto, aquí y allá, composiciones de un genio superior: las del jugador de ajedrez de Edgar Poe, el Sherlock Holmes de Conan Doyle, el padre Brown de Chesterton.


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