TODA JUVENTUD QUE RÍE…
La Lepido-Sirena-Paradoxa
(En mi pesadilla)
Me comía lentamente por el culo
¿Su audacia?
Introducir todo el rimero en la ranura
Fina/Rosada
¿Estrecha?
Toda la remembranza
Todo el imaginario de uno
En el fruncir del otro
(La cabeza como una antorcha en llamas)
Y junto a la aborrecible enfermedad del abrazo
(Encendido)
La arcada
Como una flecha lanzada contra Bora y Marea
Los hombres y mujeres de mi generación
Que habiéndose ya batido
Aún están dispuestos
En este virtual “último asalto”
A talar de un tajo el miembro necrosado
A poner el cuerpo vivo en el adorno
Y con las banderas de Alceo
Bagual/Calelián/Catriel/Calfucurá
Calfiao/Pincén
Molfinqueupú
Nauculeo/Namuncurá
Epumer y Baigorrita
En el frenesí del trazo
Cortar la tarde
Armar la bronca
Morir-matando
Hay una crispación de nervios
Que anticipa todo tiempo venturoso
Veo tu voz tensarse
Como la cuerda de un arco
"Ebria de ausencia, la vida es vasta...
Agua que parpadea"
Su tensar se acentúa
Con el temblor de los cobardes…
(De la “ira de los elementos”
Tal vez debería hablarte)
Pero debo aún arrastrar el cadáver
De quien me ha venido arrastrando
Hasta el borde mismo de este embudo
Que no se abisma
(Del agujero en ciernes)
De esta preciosa Mira
Que no quiere, todavía
Abrir sus ojos...
¿Un animal forzado a seguir amando?
¿A vivir para la muerte?
Contento de verme envejecido
Envejecer este poco más aún...
Hasta casi no poder arrastrarlo
(La Lepido Sirena sigue haciendo lentamente su trabajo)
Saturado de alabanzas y podrido en formas
Me maravillo:
Sea ya por su naturaleza / Haya sido por el huerto
(Por el orto, por el muerto)
¡Toda juventud que ríe es invencible!
LA HERENCIA
Deja que otros remos desordenen las aguas
Pronto la luna encenderá su lámpara
El timón lo llevará con gracia
Una jovencita que conoce el rumbo
Yo sé que un día ella
Escarbando con sus afilados instrumentos
Desentrañara cada una de las citas
Que enclavadas como gemas
En cada verso o polis derrrumbada
Profundamente en el olvido
Testimonian que una vez hubo una historia
De la que fuimos parte
Cuando el cambio o la mutación
Lo habrá destruido todo
El recuerdo de aquello que amé
Será para ella mi única herencia
Del resto se hará un gran cúmulo
Que devorarán las llamas
O cubrirá la vegetación invasora
Y en ese gran amasijo
Irredimible
De basura y escoria
Tal vez quedará
La entera porción de un resto
En el que lo Bello podrá
Por la mediación de un último poseído
Obtener su merecido
Reconocimiento
Eduardo Magoo Nico nació el 22 de marzo de 1956 en Lomas de Zamora, Provincia de Buenos Aires, Argentina. Publicó allí su primer libro de poemas, “La Polaca” (edic. Cronopio Azul, 1995), el relato “Resurrección” en el diario Perfil (Buenos Aires, 6/1/2008), y el libro de poemas “Puros por Cruza” (Editorial El fin de la noche, 2011). Víctima de la crisis económica que en el 2001 asola a la Argentina, se traslada a Trieste, Italia. En Italia ha publicado la fotonovela “Escuela de Sirenas” en el suplemento semanal de el diario Il Manifesto (Alias, 9/02/2002). En el 2012 es convocado por el Museo Nacional y Centro de Arte Reina Sofia de Madrid, para la muestra “Perder la forma humana. Una imagen sísmica de los años ochenta en América Latina”, curada por Ana Longoni, como co-fundador del TiC (Taller de Investigaciones Cinematográficas) y su activismo político-cultural bajo la dictadura militar. Edita desde el 2005 su propio blog literario en la Web, Se escribe: Magoo (http://magoolefou.blogspot.com/) y el logomarca Julián Gayarre “en redes que no son de pesca” (Facebook), según su prologuista, el profesor e investigador en letras modernas de la Universidad de San Pablo (Brasil) Adrián Pablo Fanjul. Acaba de publicar su poemario “Servidumbres” (La Cartonera Edizioni, 2022, PDF).